El tiempo para el fin de semana parecía inestable, pero el último parte del jueves anuncia tormentas sólo por las tardes, especialmente el domingo. Tras evaluar la situación, decidimos arriesgarnos y subir a Picos, esperando que el mal tiempo que habían anunciado durante toda la semana hubiese desanimado a la gente a no venir a escalar. Así que el viernes salimos después de comer de Bilbao, y en 3 horas hemos llegado al parking de la ruta más corta de acceso al Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu, que es por el collado de Pandébano. Un trekking de 2h y unos 900m de desnivel acumulado, nos separan del refugio de la Vega de Urriellu, donde pasaremos el fin de semana.
El paseo lo hacemos ligeritos porque se nos echa la noche encima, pero eso no nos impide disfrutar del paisaje y de las sorpresas del entorno. Por el camino encontramos bastantes montañeros, pero pocos escaladores. Los rebecos no se inmutan a nuestro paso.
Poco a poco vamos divisando el Picu Urriellu, con su temible cara oeste iluminada al atardecer. A medida que nos acercamos, esta mole de caliza nos mira desafiante, mientras estudiamos sus caras para intentar adivinar desde la distancia por donde transcurren sus vías más accesibles.
Mientras nos encordamos, les miramos de reojo, y vemos que avanzan con lentitud, así que nos vence el ansia y decidimos escalar los 2 primeros largos en ensamble, para adelantarlos.
Vemos que por detrás nuestro vienen 5 cordadas más, repartidas entre la Cepeda y la Amistad con el Diablo, que sale en paralelo unos metros antes. Así que con la carrerilla que hemos cogido con los primeros largos, decidimos ir ligeritos para llegar al paso “rompetobillos” en el hombro, donde confluyen ambas vías, y donde seguro se iba a montar un buen embudo.
Y así, empezamos a tirar largos, alternando de primero. La vía es muy difrutona, y muy fácil de asegurar. Diedros y placas de tubos de órgano se suceden en los 9 largos de la vía, y sólo tiene un pasito de 6a, muy lavado pero con una par de parabolts para hacer reunión unos metros antes, y una chapa y un fisurero en el paso.
Así que en 3h45 conseguimos hacer la vía y llegar los primeros al embudo. A continuación, rapelamos por la Normal de la cara Sur, en 4 rápeles con 2 cuerdas de 60. Al llegar a la base, como todavía era pronto, decidimos hacer la Directa de los Martínez por la cara sur. 5 largos, donde el paso ´más difícil es de V lavado justo al principio de la vía!
Y de nuevo, bajamos por los mismos rápeles de antes, dejando el 8 al rojo vivo. No me olvidaré de traer un shunt la próxima vez, porque los brazos están ya un poco cansados...
Al volver al refugio, el ambiente es espectacular. Nos juntamos todas las cordadas, que vienen de toda la península, y entre cervezas esperamos a que caiga la noche.
El domingo amanece con fuerte viento y amenaza de tormenta, asi que aunque teníamos la idea de escalar la cara Norte, por la vía Pidal Cainejo entrando por la variante regil 500m MD, decidimos volver poco a poco a casa, parando en Arenas de Cabrales a coger un poco de queso... pero prometiend volver en primavera!
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